Un mes y medio lleva el Real Madrid sin jugar un partido, desde aquella derrota en el Benito Villamarín el domingo 8 de marzo que hizo que los blancos perdieran el liderato de la Liga en favor del FC Barcelona. Parón obligado por el coronavirus que ha hecho que se olvide que el equipo de Zidane atravesaba un delicado momento, sin la primera plaza liguera y al borde de la eliminación en la Champions.
Mirando el lado estrictamente deportivo, que la competición se detuviera le vino bien al conjunto madridista, en crisis de juego y resultados. De sus últimos cinco partidos, solo ganó uno, empató otro y perdió tres. La victoria fue de mucho mérito, pues fue ante el Barça, pero el 2-2 ante el Celta y las derrotas ante Levante y Betis hicieron que la interesante ventaja de 3 puntos que habían cogido los blancos no solo desapareciera, sino también que el liderato se esfumara.
En la Champions también pintaba muy mal la situación. El Manchester City de Pep Guardiola había tomado el Santiago Bernabéu (1-2), lo que obliga a los de Zidane a una épica remontada en el Etihad para pasar a los cuartos de final.